Que se produzca una parada cardíaca (PC) durante la realización de una tomografía computarizada (TC) es muy poco frecuente y se ha descrito pocas veces en la bibliografía consultada. Sin embargo, los hallazgos radiológicos que origina a nivel abdominal como las venas abdominales densas y los niveles contraste-sangre, son característicos.
En este Enlace de Elsevier puedes revisar la Publicación de este caso de un varón de 71 años, anticoagulado por fibrilación auricular, que refirió de forma brusca dolor abdominal y sensación de mareo. Se le palpó una voluminosa masa dolorosa en el hemiabdomen izquierdo, que asociaba equimosis cutánea. La ecografía abdominal objetivó un hematoma retroperitoneal de 12 cm de diámetro.
Posteriormente se solicitó una TC abdominal para valorar la actividad y el origen del sangrado. El estudio se realizó en un HiSpeed de General Electric de una sola corona, con cortes simples y tras la administración de 120ml de contraste intravenoso a los 30 y 90 s respectivamente. El paciente estaba monitorizado y la exploración fue supervisada por el intensivista.
La PC se define como el cese brusco de la función de la bomba cardíaca, que puede ser reversible con una intervención rápida mediante maniobras de RCP, pero que en ausencia de éstas conduce invariablemente a la muerte1.
En las escasas y cortas series disponibles en la revisión bibliográfica efectuada, la PC durante la realización de una TC se ha descrito en pacientes hemodinámicamente inestables con sangrado intraabdominal o traumatismo toracoabdominal cerrado. También tras procesos agudos como la disección aórtica, la rotura de un aneurisma aórtico abdominal, el infarto de miocardio con shock cardiogénico o el tromboembolismo pulmonar.
Cuando se produce una PC, la distribución del material de contraste que se está inyectando está determinada en parte por la presión ejercitada por el inyector y en parte por la presión hidrostática del propio contraste. Dado que en ausencia de la bomba cardíaca no existe movimiento anterógrado de la sangre hacía el ventrículo derecho, la presión en la aurícula derecha aumenta, y el inyector puede generar un reflujo forzado del material de contraste. Esto causa estasis del mismo en las zonas declives de la parte derecha del cuerpo, como en la aurícula derecha y en la VCI, donde se produce un nivel contraste-sangre, que es un indicador precoz de fallo cardíaco y muerte inminente.
La ausencia de dilución del contraste con la sangre circulante causa una apariencia marcadamente densa de las estructuras venosas abdominales, que se describe como el signo de las venas densas. La opacificación de la vena porta representa una forma extrema de reflujo de contraste.
Otras manifestaciones radiológicas que pueden aparecer son un realce parenquimatoso escaso o ausente en las vísceras abdominales y una aorta de calibre pequeño. En el tórax se describen también realce nulo o escaso en las cavidades cardíacas izquierdas y ausencia de artefactos del movimiento cardíaco.
Reconocer los hallazgos radiológicos de una PC con rapidez es crucial para identificar esta situación, abortar inmediatamente la exploración en curso, e iniciar las maniobras de reanimación cardiopulmonar.
Estos hallazgos tienen implicaciones éticas para los radiólogos y el resto de personal sanitario que participa en el proceso de realización de una TC.
Autor para correspondencia. mlfatahi@yahoo.es
En este Enlace de Elsevier puedes revisar la Publicación de este caso de un varón de 71 años, anticoagulado por fibrilación auricular, que refirió de forma brusca dolor abdominal y sensación de mareo. Se le palpó una voluminosa masa dolorosa en el hemiabdomen izquierdo, que asociaba equimosis cutánea. La ecografía abdominal objetivó un hematoma retroperitoneal de 12 cm de diámetro.
Posteriormente se solicitó una TC abdominal para valorar la actividad y el origen del sangrado. El estudio se realizó en un HiSpeed de General Electric de una sola corona, con cortes simples y tras la administración de 120ml de contraste intravenoso a los 30 y 90 s respectivamente. El paciente estaba monitorizado y la exploración fue supervisada por el intensivista.
La PC se define como el cese brusco de la función de la bomba cardíaca, que puede ser reversible con una intervención rápida mediante maniobras de RCP, pero que en ausencia de éstas conduce invariablemente a la muerte1.
En las escasas y cortas series disponibles en la revisión bibliográfica efectuada, la PC durante la realización de una TC se ha descrito en pacientes hemodinámicamente inestables con sangrado intraabdominal o traumatismo toracoabdominal cerrado. También tras procesos agudos como la disección aórtica, la rotura de un aneurisma aórtico abdominal, el infarto de miocardio con shock cardiogénico o el tromboembolismo pulmonar.
Cuando se produce una PC, la distribución del material de contraste que se está inyectando está determinada en parte por la presión ejercitada por el inyector y en parte por la presión hidrostática del propio contraste. Dado que en ausencia de la bomba cardíaca no existe movimiento anterógrado de la sangre hacía el ventrículo derecho, la presión en la aurícula derecha aumenta, y el inyector puede generar un reflujo forzado del material de contraste. Esto causa estasis del mismo en las zonas declives de la parte derecha del cuerpo, como en la aurícula derecha y en la VCI, donde se produce un nivel contraste-sangre, que es un indicador precoz de fallo cardíaco y muerte inminente.
La ausencia de dilución del contraste con la sangre circulante causa una apariencia marcadamente densa de las estructuras venosas abdominales, que se describe como el signo de las venas densas. La opacificación de la vena porta representa una forma extrema de reflujo de contraste.
Otras manifestaciones radiológicas que pueden aparecer son un realce parenquimatoso escaso o ausente en las vísceras abdominales y una aorta de calibre pequeño. En el tórax se describen también realce nulo o escaso en las cavidades cardíacas izquierdas y ausencia de artefactos del movimiento cardíaco.
Reconocer los hallazgos radiológicos de una PC con rapidez es crucial para identificar esta situación, abortar inmediatamente la exploración en curso, e iniciar las maniobras de reanimación cardiopulmonar.
Estos hallazgos tienen implicaciones éticas para los radiólogos y el resto de personal sanitario que participa en el proceso de realización de una TC.
Autor para correspondencia. mlfatahi@yahoo.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para realizar comentarios previamente se hará gestión del moderador para poder cumplir con las elementales normas de respeto y educación. IDENTIFÍQUESE, como medida de Cortesía para publicarle comentario.
Gracias por participar en Tecnicos Radiologos