La exposición a radiación de baja dosis de imágenes cardiacas y otros procedimientos después de un ataque cardiaco se asocia con un mayor riesgo de cáncer, según un estudio de la Universidad McGill y el Hospital General Judío en Montreal (Canadá) que se publica en la revista 'Canadian Medical Association Journal' (CMAJ).
El uso de procedimientos de radiación ionizante de baja dosis, como la angiografía por tomografía computerizada y los escáneres nucleares, está aumentando la preocupación sobre si los pacientes están bajo un mayor riesgo de cáncer. En el caso de aquellos con enfermedad arterial coronaria, la tendencia a un mayor uso de estos procedimientos es grande.
En muchos centros, estos métodos están reemplazando a aquellos que no emplean radiación, como las pruebas de estrés sobre cintas de correr y la ecocardiografía. Sin embargo, se sabe poco sobre los efectos de la exposición a la radiación y el riesgo de cáncer.
El estudio examinó datos de 82.861 pacientes que habían tenido un ataque cardiaco entre abril de 1996 y marzo de 2006 pero no tenían antecedentes de cáncer. De ellos, un 77 por ciento habían pasado por al menos un procedimiento cardiaco con una radiación ionizante de baja dosis en el año siguiente al ataque.
Según explica Louise Pilote, responsable del estudio, "descubrimos una relación entre la exposición acumulativa a la radiación ionizante de dosis baja de procedimientos de imágenes cardiacas y terapias después de un infarto de miocardio y el riesgo de cáncer. Aunque la mayoría de pacientes fueron expuestos a niveles entre bajos y moderados de radiación, un grupo importante se expuso a niveles elevados y en general tendían a ser pacientes masculinos más jóvenes con menores enfermedades".
La edad media de los pacientes era de 63,2 años y un 31,7 por ciento eran mujeres. Los pacientes cuyo médico era cardiólogo mostraban mayores niveles de exposición a la radiación en comparación con los tratados por médicos de cabecera. Se dieron 12.020 casos de cáncer durante el seguimiento, dos terceras partes en las áreas de abdomen/pelvis y tórax.
"Estos resultados presentan la cuestión de si nuestro entusiasmo actual por los procedimientos de imágenes y terapéuticos tras el infarto de miocardio agudo deberían atemperarse. Deberíamos al menos considerar poner en marcha un sistema de documentación sobre las pruebas y procedimientos de imagen por las que pasa cada paciente y estimar su exposición acumulativa a la radiación ionizante de dosis baja", concluyen los autores del trabajo.
Fuente: Europa Press
El uso de procedimientos de radiación ionizante de baja dosis, como la angiografía por tomografía computerizada y los escáneres nucleares, está aumentando la preocupación sobre si los pacientes están bajo un mayor riesgo de cáncer. En el caso de aquellos con enfermedad arterial coronaria, la tendencia a un mayor uso de estos procedimientos es grande.
En muchos centros, estos métodos están reemplazando a aquellos que no emplean radiación, como las pruebas de estrés sobre cintas de correr y la ecocardiografía. Sin embargo, se sabe poco sobre los efectos de la exposición a la radiación y el riesgo de cáncer.
El estudio examinó datos de 82.861 pacientes que habían tenido un ataque cardiaco entre abril de 1996 y marzo de 2006 pero no tenían antecedentes de cáncer. De ellos, un 77 por ciento habían pasado por al menos un procedimiento cardiaco con una radiación ionizante de baja dosis en el año siguiente al ataque.
Según explica Louise Pilote, responsable del estudio, "descubrimos una relación entre la exposición acumulativa a la radiación ionizante de dosis baja de procedimientos de imágenes cardiacas y terapias después de un infarto de miocardio y el riesgo de cáncer. Aunque la mayoría de pacientes fueron expuestos a niveles entre bajos y moderados de radiación, un grupo importante se expuso a niveles elevados y en general tendían a ser pacientes masculinos más jóvenes con menores enfermedades".
La edad media de los pacientes era de 63,2 años y un 31,7 por ciento eran mujeres. Los pacientes cuyo médico era cardiólogo mostraban mayores niveles de exposición a la radiación en comparación con los tratados por médicos de cabecera. Se dieron 12.020 casos de cáncer durante el seguimiento, dos terceras partes en las áreas de abdomen/pelvis y tórax.
"Estos resultados presentan la cuestión de si nuestro entusiasmo actual por los procedimientos de imágenes y terapéuticos tras el infarto de miocardio agudo deberían atemperarse. Deberíamos al menos considerar poner en marcha un sistema de documentación sobre las pruebas y procedimientos de imagen por las que pasa cada paciente y estimar su exposición acumulativa a la radiación ionizante de dosis baja", concluyen los autores del trabajo.
Fuente: Europa Press
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